Continúo el hilo del post anterior con más comentarios sobre libros leídos:
Rivers of London – Ben Aaronovitch
Fue una de mis primeras lecturas de «fantasías urbana» (no sé si a alguien se le ocurrió ponerle ese nombrete ya, pero para mí calza perfecto). Lo primero que me llamó la atención fueron las descripciones muy detalladas de la geografía urbana de Londres. Catedrales, plazas, calles, y pubs!, aparecen en la novela acorde el protagonista, Peter Grant, recorre la ciudad en pos de resolver un misterioso asesinato que involucra cierto tipo de magia.
Es muy entretenido y me gusta particularmente que aparezcan los elementos fantásticos en el paisaje urbano contemporáneo. Lo hace además de una manera que no resulta anacrónica o ridícula, lo cual es fundamental. En realidad me leí no solo este sino todos los de la serie de Peter Grant y salvo el último diría que todos valen la pena por otro aspecto: Aaronovitch hace muchas referencias a distintos personajes reales, leyendas, y lugares históricos de Londres que se encarga de entrelazar con hilos sobrenaturales. Y lo mundano cobra así un relieve fantástico que al menos a mí me llevó a investigar sobre los hechos reales. Que ya de por sí muchas veces son casi increíbles.
Papá Goriot – Honoré de Balzac
Impresionante. Este lo leí hace ya varios años pero el comienzo es una de las cosas más extraordinarias de la literatura. Seguramente el cine le debe mucho a los primeros párrafos de la novela.
Después de ese comienzo medio críptico, la historia es archiconocida pero original en su momento y tremendamente bien contada: un héroe joven e idealista, una sociedad frívola por demás, dos hijas deseosas de formar parte de esa sociedad y un padre inútilmente «bueno». Así entrecomillas. Lo que importa para Balzac es el realismo: contar una historia que refleje el mundo. Una de las cosas que refleja es el tipo de relacionamiento entre personas de distintas clases sociales, con el efecto devastador que hoy se cuentan las historias de ese tipo no-edulcoradas o las canciones de Pulp.
De todos modos, tan solo por los primeros párrafos, y el último, es de por sí brillante.
Un tirón y medio.