Hará un mes empecé a leer «Contra del rebaño digital: un manifiesto» de Jaron Lanier. Una lectura bastante tardía dado que al menos en español fue editado en 2011, pero bueno no hay tiempo para todo, ni para algunos libros siquiera, en el momento que se nos antoje leer uno.
Tanto es así que incluso llevo un mes leyendo no más de alguna páginas por noche. Algo que es verdaderamente raro en mí. La causa, ahora lo se bien, es la misma que ha hecho que mi producción de entradas en este blog se arrastre: la carrera de grado que desde hace 4 años estoy cursando, y que no terminaré hasta fines del año que viene, principios del 2020 según avance con la tesis en la que trabaje. – Porque me gusta complicarme y en vez de hacer un trabajito de grado sencillo, optaré por la tesis –
En suma, que el conjunto de horas diarias de trabajo, clases y estudio en casa, dejan muy poco espacio libre para «otras cosas», que son: la familia, los amigos, la literatura y la música. En ese orden de prioridad.
Así que verdaderamente han dado para muy poco estos años en cuanto a la producción de post o artículos. 2 o 3 en el Semanario Voces, algún minipost acá y 2 capítulos de un cuento que quiere nacer pero no puede.
Extraño mucho la literatura y entonces voy a hacer un esfuerzo por hablar de lo que he leído en los últimos dos años, mayormente en el verano, aunque sea un poco sin ningún orden particular en este post y en algun otro porque el tiempo, ya sabemos….
- «Todo lo que hay», de James Salter.
Lo único que he leído suyo; me parece una obra maestra. Un canto a la seducción, los amantes, el sexo, y hasta cierto punto el hedonismo. El placer de vivir. Atención: un relato sobre y para clases medias/alta y alta (acá aparece la veta del quasi centista social que vengo a ser). Algo que algún pasaje el autor deja apenitas vislumbrar pero muy sutilmente, porque si no, le arruinaría la atmósfera. De este tipo de literatura podríamos pasarnos muy facilmente siguiendo el comentario anterior a una discusión social, pero hoy estamos acá para hablar de literatura y nada más. Entonces, punto. Que me gustó.
Está muy bien escrito aunque leí la traducción. Respira vitalidad y digámoslo tratando de no sentir pudor: más de una transgresión (y perversión). Cosas que pasan o pueden pasar, con el sexo y las relaciones afectivas que nunca son solo afectivas, entre adultos. O adultos/jóvenes.
Una maravilla, que después de leerla me dieron ganas de salir a nadar. Y hasta pude hacerlo. - «Siete Evas», de Neil Stephenson. En las antípodas. Una historia de ciencia ficción con un pelito de thriller, sobre la vida en órbita, y sobre todo un gran conocimiento de la tecnología espacial y algunos de los proyectos más soñadores e interesantes como la minería de asteroides. Tiene además como me pasó con Mongoliad cierta inclinación hacia «el rol», que sospecho debe atravesar en general la obra del autor. Es decir: personajes con habilidades y funciones muy nitidamente definidas en la historia.
Algún pasaje me cansó un poco por lo tan descriptivo de la tecnología que se utiliza en órbita, pero en general y mayormente me entretuvo muchísimo. Stephenson sabe crear personajes arquetípicos muy bien. No son muy profundos, son como decía personajes de rol para mí, que funcionan perfectamente para la historia y conclusión a la que quiere llegar. Si los hace así por limitación, por gusto, o por una combinación de ambas no me importa mucho. La cosa es que le funciona muy bien.
Si estamos buscando Ciencia Ficción, adelante con «Siete Evas».
En cuanto a mí, en este caso las ganas al funal fueron de programar nano-robots que en lugar de hacer minería asteroidal, limpiasen la casa. Pero no pude.
Nota: este post fue escrito de un tirón y medio.
Qué bueno leerte.
Hay una cierta paralela en esa falta de tiempo para leer, yo ando buscando remedio por los rincones y quitarme de todo lo que me roba la oportunidad.
Me quedo con ese título de Todo lo que hay de Salter. Esa deriva al centro que indicas me ha recordado esa «tibieza de la social democracia» de una canción de un disco al que dí muchas vueltas hace unos meses ( https://www.youtube.com/watch?v=oryCyDWOReA ). Hay un cierto desdén en el término tibieza y, sin embargo, no dejo de pensar que el autor lo daría todo por muchas de las cosas que en esa tibieza se disfrutan 🙂
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Ahhh qué bien visto el título. Con la obra leída diría que es anticipatorio: Salter muestra «todo lo que hay» en las relaciones de sus personajes. Qué bien!
Voy a escuchar las canciones y te comento luego sobre ellas.
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Bien. Escuché los temas.
El segundo que enlazaste está buenísimo, muy delicado.
En cuanto al primero y la tibieza, pues, comparto tu sospecha: seguro que desea muchas de esas comodidades que «en la letra» desdeña. Alguien me contó hace relativamente poco la fábula de la zorra y las uvas, que voy a dar por sentado vos sí ya debés conocer. Está todo escrito 🙂
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Por cierto que hay en ese disco otra canción deliciosa (más aún que la que enlazo en el comentario anterior), puro deleite.
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